Las pruebas FAT y SAT son dos tipos de pruebas de aceptación que se llevan a cabo al finalizar el proceso de fabricación de un producto, y que verifican si el equipo o el sistema en cuestión funciona adecuadamente y si cumple con todas las especificaciones establecidas.
Llevar a cabo las pruebas FAT y SAT pueden aportar grandes ventajas a las empresas. Entre los beneficios más destacables se encuentran, por ejemplo, la prevención de posibles problemáticas posteriores; la tranquilidad de que los productos han sido sometidos a diferentes exámenes, y la seguridad de disponer de toda la información del sistema antes de su puesta en marcha.
A continuación se procede a hacer una definición de las pruebas FAT y SAT y se describen las particularidades de cada una de ellas.
En primer lugar se definirán cuáles son las pruebas FAT. Las pruebas de atención en fábrica, o ‘Factory Acceptance Test’ -de ahí sus siglas- son aquellas que inspeccionan un producto o una solución en las instalaciones del proveedor antes de ser enviado al cliente, basándose en parámetros definidos con anterioridad y relacionados con la funcionalidad, el rendimiento y la calidad.
Este tipo de test revisa minuciosamente el útil y de esta manera, garantiza que la solución cumple con las especificaciones de diseño a nivel documental, dimensional y de procesos.
Además, cabe destacar que, las pruebas FAT se llevan a cabo junto a los clientes, con el fin de ofrecer, de primera mano, todos los conocimientos posibles acerca del funcionamiento del sistema.
En cuanto a cuáles son las pruebas SAT, son las pruebas de aceptación en terreno, o “Site Acceptance Test” -de ahí sus siglas-, lo que se entiende como los exámenes que se realizan en la ubicación final, en las instalaciones del cliente. Es decir, son las primeras pruebas de funcionamiento de una determinada solución.
Este tipo de pruebas tienen como objetivo garantizar el correcto funcionamiento del producto o del sistema en su primera puesta en marcha así como verificar que cumple con todos los requisitos tanto de funcionalidad como de rendimiento. Asimismo, las pruebas SAT también incluyen toda la formación necesaria del personal técnico encargado del manejo de este tipo de soluciones.
Tal y como se ha mencionado, los test FAT y SAT se llevan a cabo junto al cliente para poder transmitirle todo el conocimiento acerca de la maquinaria.
Realizar pruebas FAT y SAT antes de que cualquier útil para la elevación y la manipulación de grandes cargas comience a operar, resulta imprescindible, sobre todo para las empresas industriales. Y es que, este tipo de exámenes previenen cualquier tipo de error, ofreciendo una mayor seguridad y una resolución óptima y eficaz de los procesos de trabajo.
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